¡Es el 25 aniversario!
Por Krystal Montgomery y Roland Flasch
La semana pasada, celebramos con alegría el 25 aniversario de la Capilla de la Adoración Perpetua de Nuestra Señora de Lourdes en Dobie, un cuarto de siglo de oración ininterrumpida, adoración silenciosa y encuentros íntimos con la Presencia Real de Jesús en el Santísimo Sacramento.
Desde sus humildes comienzos en 2000, la capilla se ha mantenido como un espacio sagrado donde se han sanado corazones, se han discernido vocaciones, se han levantado cargas y se ha restaurado la paz. Ha ofrecido consuelo en tiempos de dolor y fortaleza en tiempos de prueba, recordándonos que Jesús espera pacientemente por cada uno de nosotros, día y noche, en la Eucaristía.
La Adoración Perpetua es un profundo testimonio de nuestra fe católica, un testimonio de nuestra creencia de que Cristo está verdaderamente presente, Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en la Eucaristía. La capilla ha sido sostenida por la fidelidad silenciosa de innumerables adoradores a lo largo de los años, muchos de los cuales han venido semana tras semana, hora tras hora, simplemente para "estar con Él". A ellos, les debemos nuestra más profunda gratitud.
Al dar gracias por las bendiciones de los últimos 25 años, también miramos hacia adelante con esperanza. La misión de la capilla no está completa; Jesús todavía nos llama a cada uno de nosotros a una comunión más profunda con Él.
¿Alguna vez has considerado convertirte en un adorador? Ya sea que pueda comprometerse a una hora semanal o servir como sustituto cuando sea necesario, su "sí" ayuda a garantizar que la capilla siga siendo un lugar de oración constante. No necesitas oraciones elocuentes o santidad perfecta, solo un corazón dispuesto.
Para obtener más información o inscribirse por una hora, comuníquese con la línea directa de Adoración al 715-296-4279 o visite nuestro sitio web para obtener más información.
Sigamos honrando a Nuestra Señora de Lourdes acercándonos cada vez más a su Hijo Sacramentado. Que los próximos 25 años estén llenos de aún más gracia, devoción y amor.
"¿No pudiste velar conmigo durante una hora?" (Mateo 26:40)
Respondamos con un sí alegre y fiel.